¡Sonríe!

  Smile!
  En realidad tenía intenciones de subir un fan art de la princesa Zelda, símbolo de sabiduría, que acabé hace unos días pero dada la situación de tensión que estamos viviendo estos días y que no encuentro muchas ganas de dialogar de verdad por ningún sitio, en un ejercicio de transgresión  social, porque  lo que voy a decir hoy por hoy se puede considerar transgresor, creo que deberíamos apelar a la cordura, al diálogo y luego, si es que se puede, a la risa. Porque después de reírnos de lo uno, de lo otro, y de nosotros mismos, siempre queda esa sensación, cuando por fin se coge aire, de que los males no eran tan malos, las afrentas no lo eran graves y que si reímos, o al menos sonreímos, el acuerdo puede aflorar con más facilidad de la que creemos.

   Comprobadlo en vuestro  día a día. Sonreíd a esa camarera malhumorada que os sirve el café cada mañana. Sonreíd a la cajera harta de sus condiciones laborales, al funcionario de correos hastiado,  a ese señor que siempre despotrica de todo y por todo. Cuando alguien os increpe u os desprecie, sonreídle. Sonreídles a todos y seguramente que con alguno no, de todo hay en botica, pero en la mayoría encontraréis ese resquicio, ese saber profundo de que lo malo no es tan malo y lo bueno, sí que lo es. Sonreíd, como el que tiende la mano. Al diálogo. A decir, sé que te has levantado pronto y que servir cafés a primera hora es duro pero es que sin tu café no soy nadie, sé que me tienes que cobrar por un sueldo de risa pero tu vida es mucho más que esto, sé que aguantas mucho y que piensas que todos creemos que no haces nada pero es que sin ti no puedo enviar un poco de cariño a mi familia, sé que el mundo no es como te gustaría pero seguro que has encontrado tu lugar en él.

 Sonreíd, sonreíd y mucho. Sobre todo estos días y pensar que cuando reís juntos, las diferencias no son tantas.

   Ángel Pérez.